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Día Mundial de la Salud Mental

Un dia al despertar me di cuenta que no queria salir a trabajar, estoy cansado, necesito unos dias de descanso, pense; decidi posponer lo que sea que tuviere que hacer ese dia y al dia siguiente tambien.

No tardo en llegar la pregunta ¿no tienes que ir a la oficina?, seguido del comentario, ya tienes varios dias sin ir, solo conteste, que lo estaba haciendo desde casa, lo cual era mentira, tenia trabajo atrasado, pero podia atrasarlo unos dias mas.

Para no despertar sospechas, me empece a levantar de la cama temprano, como si fuera ir a trabajar, me bañaba, me cambiaba, hasta salia en el carro, daba unas vueltas, cuando sabia que no habia nadie, regresaba y me dormia, para la hora de comer igual, me levantaba, me cambiaba, me subia al carro, daba unas vueltas y regresaba para comer, despues de eso simplemente decia, ya no tengo que regresar, me quedaba en casa.

Paso no se que tanto tiempo, seguro no fue mucho, extrañamente, aun con tanto dormir, me veia mas cansado y sentia menos energia, cero interes en hacer lo que sea que hacia antes de estar asi; los mensajes empezaron a fluir, las llamadas ya eran mas insistentes, los correos electronicos tambien, los clientes querian atencion, pero yo solo queria, no se que queria, pero se que no me sentia con fuerzas para salir de casa.

La falta de interes me hizo abandonar, el abandono me hizo sentir culpable, la culpa me hizo sentir miedo, el miedo me obligaba a huir, a mentir, a esconderme para no saber, para no estar, para desaparecer; asi empezo todo, hasta que el dinero dejo de llegar, hasta que deje de poder proveer, soy un inutil, una carga, tal vez, pense, hay una solucion, tal vez, pense, valgo mas si no estoy, y asi regreso aquel pensamiento que tanto circulo en mi cabeza durante mi adolescencia, que yo creia olvidado, desterrado.

Un dia, el miedo me obligo a pedir ayuda, tuve suerte la encontre, medicamentos me salvaron, me regresaron de la oscuridad, no una luz total, pero suficiente para poder ver, caminar y ser funcional.

Pero entonces lees, escuchas y ves a quienes dicen que no esta bien, que sin ellos puedes, que son el diablo, tu sabes que no, por que haz estado en el infierno de tus pensamientos, esos son el verdadero demonio; pero, aun asi dices: ¡YO PUEDO! como si fuera libro de autoayuda, dejas el tratamiento, acudes a todo, lees de todo, meditas, rezas, piensas, escuchas, lloras, ries, pero pasa, poco a poco, a veces te das cuentas, otra veces no, desciendes en esa espiral que ya conoces, a la cual es tan facil olvidar cuando te sientes bien, esa espiral tan oscura como el negro mas negro, que parece no tener fin, pero sabes que si lo tiene y llegar a ese fin es lo que mas miedo te da.

He salido y regresado, bastantes años han pasado, no soy lo que soñe que seria, no soy un exito, ni un fracaso, no soy joven ni viejo, desconozco si un dia podre despertarme y no tener que tomarme una pastilla; pero por lo pronto, disfruto que aun respiro.

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