Tanto militantes de base, como los propios parlamentarios, todos reconocen estar en problemas. A pesar de aquello, se culpan entre ellos, apuntando a los diputados, a una directiva fantasma y un Parisi que está muy lejos para realmente influir y cumplir su rol de caudillo.
Ligado a esto último, se cuestiona también la tan comentada “democracia digital”, no solo por el cambio en las plataformas, con el evidente declive de Facebook, por ejemplo, sino porque hay elecciones, como la Municipal del próximo año, que exigen presencia en los territorios, y no al estilo de Sheldon Cooper, con un monitor a rastras para convencer a los vecinos.
Si te fijas, lo mismo vale para el Frente Amplio. También ellos hacen política por aire y les falta arraigo territorial. Fuera de un par de zonas reconocibles casi no tienen organización y base social.
Hay una diferencia abismal. Para empezar el frente amplio no es un partido, es un conglomerado de partidos, con una base ideológica muy bien armada y presencia territorial. Es verdad que en muchos lugares falta hasta presencia territorial, pero compararlo con el PdG, me resulta ofensivo.